lunes, 23 de abril de 2007

Los hijos de las Hadas






Los bebés de las Hadas tienen que dormir, como todos los bebés del mundo. Y no vayáis a pensar que es cosa fácil conseguir que se vayan a la cama..!




Siempre querrían quedarse despiertos hasta muy tarde persiguiendo luciérnagas, jugando al escondite entre los árboles o paseando a lomos de caracoles y mariposas.



Algunas noches es tan difícil conseguir que se duerman que no hay más remedio que recurrir a cosas extraordinarias.



Y algo extraordinario es una lluvia de estrellas..! Entonces sí que los pequeños se tienden en sus camas para ver mejor como el cielo se llena de luces que corren en la oscuridad, aparecen y desaparecen, quizá jugando a un escondite celeste. Y poco a poco, el sueño llega...



Hay varias Hadas con poderes nocivos que lo llegan a utilizar contra los humanos, la mayoría de las veces por maltratar la naturaleza (talar un bosque sería una auténtica catástrofe para su mundo). Llegaban a raptar a niños para cambiarlos por seres feéricos totalmente igual que a los niños raptados. Así intentaban crear una estirpe entre humanos y Hadas, aunque los niños morían al poco tiempo, ya que eran pálidos y enclenques. En la Edad Media todos aquellos niños que estaban pálidos y delgados se les consideraba que eran hijos de las hadas y habían ocupado el lugar del verdadero hijo.










Otras veces engatusaban a un hombre de noble estirpe transformándose en mujeres de belleza inigualable para quedarse embarazadas de estos y dar a luz un ser mitad humnano y mitad feérico. Para que el ser sobreviviera el marido no debía de rezar nunca y jamás deberían ver a las hadas desnudas por completo.



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